Acababa de hacer una videollamada con uno de los fundadores y había ido genial. Estábamos en el mismo rollo y teníamos ganas de crear algo bajo el paraguas de ambas marcas.
Como siempre hago cuando me enfrento a la decisión de involucrarme en un proyecto nuevo, me enfrenté a Las Preguntas.
Soy de los que piensan que si aceptas todo lo que te llega (la primera oferta de trabajo, una propuesta de negocio, etc.) estás dejando que sean otros los que diseñen tu carrera profesional. Que es necesario decir unas cuantas veces «no» para disponer del tiempo y la energía en buscar los «síes» con los que nos sentiremos más realizados.
Para saber a qué decir que sí y a qué decir que no, periódicamente me hago una serie de preguntas cuyas respuestas me ayudan a decidir mejor cuando me enfrento a la posibilidad de invertir mi tiempo en un nuevo proyecto.
Pero ese día me sentía más creativo, así que se me ocurrió plasmarlas en una especie de matriz y compartirlo en Twitter. Hoy lo explico en detalle.

Los elementos de la matriz VOCA
No todos los elementos tienen el mismo peso. Los comento en orden de quebrantabilidad (¿existe esa palabra?).
1 / Qué me guía (valores)
¿Te has parado alguna vez a escribir los valores que consideras más importantes en tu vida? Conocerlos te permitirá saber con qué proyectos, trabajos o negocios te vas a sentir cómodo y con cuáles no.
Descarta aquellos que causen conflicto con uno de tus valores. Esta es inquebrantable.
2 / Qué se me da bien (habilidades)
Unos son buenos escuchando, otros convenciendo. Unos son buenos pensadores lógicos, otros idean soluciones más creativas. Unos hablan bien en público, otros tienen una disciplina envidiable.
Involucrarte en un proyecto que no emplea tus habilidades, tus fortalezas, es partir con desventaja, ya que habrá otros competidores que sí lo hagan.
No es inquebrantable, pero no se me ocurre ninguna razón por la que no debas poner tus habilidades en juego.
3 / Qué sé (conocimientos)
Lo diferencio de las habilidades porque estas últimas, aunque se pueden perfeccionar, es más difícil hacerlo que adquirir nuevo conocimiento.
Listar qué conocimientos posees ahora es útil, pero no debería ser un impedimento a la hora de iniciar o de sumarte a un proyecto.
Por ejemplo, cuando pensé en crear SinOficina había mucho que tuve que aprender: buena parte de desarrollo web pero, sobretodo, de marketing digital.
Por eso, aunque quebrantable, has de tener muy en cuenta que requerirá de una inversión de tiempo extra. Según tu situación es algo que puedes permitirte o no.
También es importante tratar de adivinar si esos conocimientos adquiridos son reinvertibles en otros proyectos o no. Por ejemplo: yo sé que todo lo que he aprendido de diseño web y marketing podrá ser aplicado en el próximo proyecto, incluso aunque SinOficina no hubiese funcionado.
4 / Qué me apasiona (hobbies)
No quiere decir que tu trabajo sea un hobbie, sino que listar tus aficiones te puede dar una idea de si lo que haces en ese proyecto te apasionará.
Quebrantable, pero temporalmente.
Todos hemos tenido que pasar por trabajos o proyectos que no nos apasionaban en absoluto. En muchas ocasiones hay que aceptarlos porque necesitamos más ingresos, autoridad, visibilidad o influencia. En mi caso intento que sea algo muy puntual y temporal.
Eso es todo. Esta es la manera en la que tomo decisiones. Algunos me diréis que es muy similar al Ikigai. Pero con esto intento separar lo externo —la viabilidad del proyecto— que evalúo en un filtro anterior, para quedarme solo con el impacto o la relación entre el proyecto y yo.
¿Y el nombre?
Me pareció apropiado utilizar el acrónimo VOCA (Valores, hObbies, Conocimiento, hAbilidades) para nombrar la matriz, siendo además el principio de la palabra «vocación».
Porque, ¿qué es la vocación si no algo que emplea tus habilidades y conocimientos, alineado con tus valores y que te apasiona?