Nadie me enseñó a vender.
De pequeño nunca tuve alma de emprendedor. No negociaba con tazos ni hacía contrabando de chucherías. En mi familia no había nadie con un negocio del que pudiese aprender o, como mínimo, me sirviese de inspiración o hiciese que me plantease ese camino.
Así que, para bien o para mal, estudié arquitectura.
Durante ese tiempo no aprendí a vender pero sí a convencer. Porque tu proyecto podía ser la leche, pero si no eras capaz de explicar la razón detrás del diseño, no servía de nada. Si no eras capaz de hablar el lenguaje de tu cliente (el profesor/a) y hacer que entendiese el valor de tu proyecto, estabas vendido. Repetías hasta que aprendías.
Y repitiendo aprendí. A ver qué te creías tú...
Años más tarde aquí me encuentro. Mes y medio después de haber lanzado mi proyecto más ambicioso consciente de que una vez desarrollada y validada la idea, mi rol predominante ha pasado a ser el de vendedor.
¡Y al principio es j*dido asumirlo! Porque cuando pienso en la definición de vendedor me viene a la cabeza la típica figura del vendedor de coches americano: sonrisa perfecta, traje impoluto, adulador y de trato fácil. Y entonces te preguntas, ¿he nacido para esto?
Mis padres me enseñaron lo que era la integridad y la ética profesional y, en la facultad, aprendí a mostrar el valor de mi proyecto. Todo lo demás, todo lo que vino después —los cursos de marketing, de pricing, los programas de emprendimiento, los webinars, los funnels, los eventos y todas las estrategias, consejos, trucos, tips y las 7+1 claves que no me podía perder para ganar más visitas, más suscriptores, más, más...— perdía peso si no se asentaba sobre lo primero.
Quizás esta sea la respuesta y vender no sea más que la capacidad de dar a conocer y hacer entender el valor de tu producto/servicio.
Probablemente es una definición errónea, lo sé; una que me acabo de inventar pero con la que me siento cómodo. En otras palabras, las de alguien como Javier Megias que sabe mucho más que yo de todo esto, «vender es salir al mercado, al mundo real, confrontar el producto de tu startup con las necesidades reales de los clientes y conseguir su validación. Y aprender en el camino».
No es maquillar, ni hinchar, ni prometer, ni manipular, ni ocultar, ni engañar, ni tratar de vender una ilusión o un resultado que no está en tus manos.
Vender es ahora parte de mi vida. Y la única manera de seguir haciendo lo que hago es entendiéndolo de esta manera.
Grande Bosco!! no he entrado (todavía!) a Sinoficina pero me he sentido tan identificado con lo que has dicho.. hasta se me ha puesto la piel de gallina!! parece que decir que eres un vendedor es un tema tabú, pero al final todo el mundo lo es porque intercambia su tiempo por dinero. Lo que diferencia unos de otros son las formas.
Nos vemos en la sesión!
Un abrazo!
Me encanta cómo escribes y cómo describes y explicas tan bien cosas que algunos hemos vivido pero que no sabríamos explicarlas tan bien o el por qué son así... ahora entiendo que al repetir taaantos años en arquitectura, tengo el poder del mejor vendedor del mundo! 😂😂😂 Coñas a parte. Está genial explicado en qué se asienta lo que eres como "vendedor" y eso es lo que transmites en todo: autenticidad y sinderidad (rayando esa honestidad brutal que cantaba Calamaro, que puede hasta escocer a veces pero que es tan buena). Es un honor seguirte tan de cerca. Nos vemos el miércoles como tarde! 😊
Me siento muy identificado con lo que comentas, de hecho, es algo en lo que vengo pensando últimamente, si en tu caso cuando te refieres a vender te viene la imagen del típico vendedor de coches americano, en el mio, no puedo evitar pensar en esas personas que a pie de calle, te "asaltan", ya sea cuando vas por algun centro comercial o paseas por las calles centricas de la típica ciudad grande, creo que, a fin de cuentas genera cierto rechazo.
Y en cambio, es necesario.
A fin de cuentas, si quieres que alguien te contrate, compre productos o servicios tuyos, al final tienes que, de alguna manera venderte, pero personalmente, conecto mejor con alguien que me lo explica del modo como tú lo haces, me parece más honesto, más coherente y, por supuesto, mucho menos forzado y agresivo. De esta manera, creo, que permite a la gente acercarse a aquello que ofreces facilmente y sin presiones.
Muy interesante este post!
Nos vemos por SinOficina Bosco! 😉
Hola Bosco! Excelente entrada, muy motivadora. Es verdad que uno en muchas oportunidades no nace sabiendo acerca de un área en específico o actividad puntual, pero siempre es positivo saber que uno puede aprender con paciencia, dedicación y curiosidad. También creo que es bueno reconocer que no es un camino llano, sino con piedras, valles, pendientes y bajadas que nos ayudan a aprender cada vez más día a día.
Espero apuntarme a la sesión de podcasting próximamente y espero que tengas buena semana prontamente, saludos!